Mi amiga y hermana en la Fé Patricia me compartió esta reflexión y decidí publicarla en mi blog ya que me dió a mi mucho en que reflexionar. aquí se las dejo:
El rechazo y el amor…
Por: Marvin G. Soto Sotelo (msotela@pani.go.cr)
Todos los esfuerzos del enemigo se concentran en alejar al hombre de Dios. Desde los comienzos ha tratado de poner en el ser humano dos graves pensamientos. En el primer pensamiento le dijo a Adán y a Eva que: “No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.”. Génesis 3:4. Es decir, susurra al hombre la idea de que el mismo es un dios y que siendo como Dios no requiere de Él. En el segundo pensamiento, si ustedes notan delicadamente lo que dice la Biblia encontrarán que Adán y Eva “estaban ambos desnudos, y no se avergonzaban”, no había malicia en el corazón del hombre. Tanto así que ni siquiera percibían que estaban desnudos. Sin embargo el relato bíblico señala que una vez que desobedecieron a Dios “fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales”. De manera que cuando Dios les buscaba para la acostumbrada reunión diaria de amigos, Adán le confiesa a Dios que “tuvo miedo, porque estaba desnudo; y se escondió”. El hombre entonces fue expulsado del Edén y se abrió en su corazón una herida: “el sentimiento de rechazo”, herida que hasta nuestros días sigue abierta y la cual es utilizada audazmente por el enemigo.
El rechazo es la desaprobación de algo o de alguien. Yo he sufrido rechazo muchas veces y de muchas maneras, quizá tu también lo hallas experimentado y sabrás como yo, que no es agradable vivirlo. La maldad hizo que el hombre se sintiese desnudo, rechazado, pero la desnudez nunca estuvo fuera, sino dentro de él mismo. Note como antes de cometer la falta ni se
percataban de su desnudez.
El rechazo nos hace estar desnudos ante nosotros mismos. Cuando pienso en la escena de Adán y Eva huyendo de Dios, pienso en ¿Cuántos andan escondiéndose de Dios?, ¿Cuántos se esconden detrás de modas, apariencias, conductas? ¿Cuántas personas viven una vida falsa y sosteniendo un estilo de vida que tarde o temprano los desnudará? ¿Cuántos anhelan pertenecer a algún grupo social para sentirse aceptados? ¿Cuántos culpan a otros por no sentirse aceptados?
Hoy he sentido un vivo deseo de decirte estas palabras: No necesitas huir de Dios, el nunca te ha rechazado. No necesitas nada de eso para ser aceptado. Ya no vivas falsamente pareciendo ser lo que no eres, escondiéndote detrás de algunas hojas de higuera. La vida es más que parecer, esconderse o huir.
Hay gente tan clasista que trata mal a los demás, son déspotas, narcisos y tiene su propio club de gente digna para ellos. Lamentablemente esas actitudes son solamente el reflejo de su propio rechazo. ¿Sabes cuál es el método de Jesús?. El método de Jesús consiste en amar sin condiciones. Repite una y otra vez que “el que está sano no necesita del médico”, “que no había venido a llamar a justos, sino a los pecadores”, “que Dios no desea que nadie pierda su propósito”. Jesús se relacionaba con todas las personas: Con el mendigo, el cobrador de impuestos, los clérigos, las prostitutas, los niños, los rudos e incultos pescadores, con todos…
Nadie puede ser el mismo después de mirar a Jesús!! ¿Recuerdas a la mujer prostituta que fue presentada ante Jesús?, Jesús la aceptó cuando todos la rechazaban. Pedro el Apóstol era un tosco, vulgar y ordinario pescador, nadie hubiese dado algo por él, pero Jesús lo acepto como pieza clave de su obra. Mateo era un cobrador de impuestos usurero y deshonesto. Tomás era un
incrédulo, Moisés era tartamudo y había matado a un Egipcio, la mujer del profeta Esdras era una ramera y podría seguir esta lista de gente aparentemente inaceptable y digna de rechazo. A todos los acepto Jesús.
¿Qué eres tú?, no te preocupes por eso, solo concéntrate en lo que podrías ser mediante el poder transformador de Dios. El método de Satanás consiste en alejarte de Dios y hacerte sentir culpable y rechazado. Dios en cambio te acepta tal como eres, el libro de Efesios es amplio y lo dice reiteradamente: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos
amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida…”. Efesios 2.4‐7. “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito…”. Efesios 1.4‐10
Ya no sigas arrastrando tu rechazo. Acéptate como Dios te acepta. Deja que el amor de Dios cambie tu rostro, arranca tus penas y amarguras, tu odio y tu rencor y disfruta la aventura de vivir con alegría. Recuerda que el amor de Dios es el mensaje más poderoso, el que cambió un día a toda la humanidad… Porque Dios amó tanto al mundo que nos dio a su hijo Jesús para que así como el pecado entró al mundo por un hombre, también por un hombre la salvación nos restaure para siempre.
